Utiliza esta colección de plantillas para crear y llevar a cabo un proyecto.
Desde el desarrollo de software hasta las grandes campañas de marketing, la gestión de proyectos tiene innumerables formas y tamaños. No obstante, en general, hay dos cosas que están claras: tienes que estar en contacto con tu equipo para asegurarte de que todo el mundo reme en la misma dirección y no importa las veces que se lo recuerdes: alguien se olvidará de la sincronización semanal. Usa esta colección de plantillas de gestión de proyectos para compartir ideas, esbozar un plan de acción, decidir sobre los hitos clave y conseguirlos, y repasar el resultado del proyecto y en qué se puede mejorar.

Tómate tu tiempo para pensar en el problema que intentas resolver. Durante la lluvia de ideas, propón ideas para solucionar una amplia variedad de situaciones, asegúrate de dedicar tiempo a debatir y votar las soluciones propuestas, visualiza y acuerda las ideas que deberían analizarse primero. Involucra a tu equipo y no tengas miedo de ir a por todas. Es más fácil dar marcha atrás con una idea atrevida que conseguir que una idea comedida acabe despuntando.
Ver plantilla →A partir de los comentarios obtenidos en las primeras pruebas y sin olvidar las métricas de éxito, define las prioridades de lo que se va a incluir en el proyecto. A continuación, determina las dependencias y crea una hoja de ruta. Luego, establece la frecuencia de las reuniones del equipo y las puestas al día de las partes interesadas. Comparte todo ello y actualiza el plan y el tablero del proyecto con regularidad para que todo el mundo cuente con la misma información.
Ver plantilla →La planificación ya ha terminado y está todo listo para ponerse manos a la obra. Ahora, el proyecto y el equipo tienen que mantener el rumbo para ir consiguiendo resultados. Acuerda quién manda y quién interviene en las decisiones sobre el alcance o el proyecto en su conjunto.
Ver plantilla →Empieza a añadir signos de exclamación a tus actualizaciones cuando el trabajo de tu equipo esté listo para el público (¡pero no demasiados!). Después de la indispensable celebración, puedes poner fin a las reuniones periódicas y cambiar todos los estados a FINALIZADO.
Ver plantilla →¿Qué ha salido bien? ¿Qué podría haber salido mejor? ¿Qué hemos aprendido? Haz un análisis introspectivo en grupo y mantén una charla sincera con el equipo del proyecto. Plasma estas valiosas lecciones y compártelas con tus compañeros para que les sean de utilidad. Y, aunque el proyecto haya quedado absolutamente perfecto (porque siempre pasa), no olvides hablar sobre cómo se podría mejorar lo que se acaba de entregar.
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